La violencia y el acoso son una constante que se manifiesta en distintos espectros de la sociedad, y con la ausencia e inaplicabilidad de las normas y acuerdos existentes, sumado a las distintas crisis que se han presentado se ha acrecentado, y el ámbito laboral no es una excepción. En el peak de la pandemia aumentó, tanto en el área doméstica como laboral, afectando mayoritariamente a mujeres, infancias y a la población LGBTIQ+, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Es por esto que durante años, mujeres y organizaciones sindicales en trabajo mancomunado han demandado la ratificación del Convenio 190 y la Recomendación 206 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) al Gobierno de Chile. Esta herramienta exige que los estados miembros adopten un enfoque que busque prevenir y erradicar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, y proteger y reparar a quienes hayan sido víctimas de situaciones que constituyan violación a la integridad física y/o psicológica.
En este marco, el lunes se dio el primer paso para que esto suceda. A las 11:00 horas, en un acto realizado en el Centro Cultural Gabriela Mistral, el Presidente de Chile, Gabriel Boric, acompañado de la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara; de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana; y la Canciller Antonia Urrejola, firmó el proyecto de ratificación que será enviado al Congreso y que da inicio al proceso que busca frenar la violencia en el trabajo.
Este compromiso que adoptó el gobierno significa mucho para las organizaciones de trabajadores y trabajadoras, pues tal como lo dijo la presidenta de Anejud, Lilian Huanca «el C190 es el fruto de años de trabajo del movimiento sindical y paso importante para abordar la violencia y el acoso en el ámbito laboral, ya sea público o privado, donde el sector judicial también está involucrado».
Cabe destacar que esta normativa incluye a todos los sectores laborales, formal e informal y en zonas rurales o urbanas. Además, pone especial atención a las mujeres, jóvenes y personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+, pues son quienes más sufren violencia y acoso. De hecho, y según datos del Gobierno de Chile, el 25% de las denuncias sobre acoso en la Dirección del Trabajo son sobre acoso sexual, y un 92% de ellas son realizadas por mujeres.