Hace más de medio siglo, las y los empleados judiciales tomaron la decisión de realizar la primera huelga con el fin de exigir una vida más digna, una que concibiera mejoras económicas y reivindicaciones laborales. En ese entonces, las y los dirigentes históricos hicieron la promesa de construir un movimiento gremial que velara por la dignidad de quienes se desarrollaran en esta área, que fuera solidario, unido, fuerte y respetuoso.
Este 28 de agosto la Anejud cumplió 55 años de vida y, en el marco de la celebración del “Día del Empleado y Empleada Judicial”, decidieron homenajear a Raúl Araya Castillo, uno de los hombres que fundó la organización y que hace poco menos de un mes cumplió un año de fallecido. Por la importancia que tenía el lugar para el ex presidente del directorio, el acto conmemorativo se realizó en los Cipreses de Loncura y contó con la participación de la familia del dirigente, representantes del Directorio Nacional y de las Regionales de Anejud en el país.
La presidenta nacional de Anejud, Lilian Huanca, en su discurso recalcó la importancia del lugar para don Raúl: “Loncura representaba para don Raúl, no sólo un espacio donde se reunían los convencionales todos los años a debatir sobre el devenir de la organización, sino que representaba la conquista de un espacio que le entregó esparcimiento y dignidad a las y los empleados judiciales”. Es por esto que el ex directorio encabezado por Gema Águila impulsó y promovió que el salón de honor de Los Cipreses lleve una placa con su nombre.
Además, afirmó que se necesita volver a las responsabilidades con la organización y el sector judicial, manteniendo los viejos valores; como el esfuerzo, la honradez y la lealtad, para enfrentar los nuevos desafíos que vienen. “Las cosas no han sido fáciles, pero que seguiremos trabajando para resguardar el legado histórico de los fundadores de Anejud Chile y los principios que nos sustentan. Seguiremos trabajando sin descanso con los viejos y nuevos amigos, y también con aquellos que no comulgan con nuestra manera de hacer las cosas. Porque sabemos que nuestra herencia multicolor es una ventaja, no una debilidad”, añadió.
“Como directorio quisimos dejar algo hacia un gran dirigente como fue Raúl Araya, que nos enseñó a luchar siempre en pos de todos los asociados, fue una persona muy digna y fue un orgullo tenerlo como presidente”, indicó la ex presidenta Gema Águila. También subrayó la importancia de permanecer afiatados y unidos como organización.
Finalmente, la esposa de Araya, Eliana Hernández, hizo hincapié en la importancia que tuvo la Anejud para el dirigente y cómo dedicó su vida a la organización y a Los Cipreses. Así también agradeció el homenaje y las muestras de afecto y cariño a la familia tras su partida.