Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, no solo conmemoramos la lucha histórica de quienes nos precedieron, sino que reafirmamos nuestro compromiso con la equidad de género en el Poder Judicial. Este no es un día de celebración vacía, sino una oportunidad para reflexionar y avanzar en los desafíos urgentes que enfrentamos: los cuidados, la conciliación entre la vida laboral y personal, y la movilidad en la carrera funcionaria.
Las mujeres han sido el pilar fundamental del funcionamiento de los tribunales y oficinas judiciales, muchas veces desde la invisibilidad y sin el reconocimiento que merecen. A pesar de representar el 58,4% de la dotación del Poder Judicial, su presencia en los espacios de toma de decisión sigue siendo minoritaria. Las barreras para su ascenso, los techos de cristal y la discriminación estructural en los procesos de promoción continúan limitando su desarrollo profesional. A esto se suma la doble jornada laboral, una realidad que afecta a muchas de nuestras compañeras, quienes enfrentan no solo la carga del trabajo, sino también la de los cuidados, sin que exista una corresponsabilidad efectiva.
Es urgente generar espacios de reflexión y acción en torno a la conciliación de la vida laboral y familiar, al reconocimiento del trabajo de cuidado y a la armonización de nuevas normativas con enfoque de género. No basta con contar las cifras que demuestran la mayor presencia de mujeres en todos los estamentos del Poder Judicial; debemos transformar esas cifras en políticas concretas que eliminen las brechas y permitan una movilidad real y equitativa hacia cargos de mayor responsabilidad.
Además, no podemos ignorar que el acoso laboral y sexual sigue afectando a muchas trabajadoras, sin mecanismos de denuncia que garanticen seguridad y protección efectiva. El temor a represalias o al descrédito institucional perpetúa una cultura de impunidad que debemos erradicar con urgencia. Desde Anejud, reafirmamos nuestro compromiso de seguir impulsando cambios profundos para erradicar estas injusticias.
Este 8 de marzo nos convoca a todas y todos a transformar estas reflexiones en acciones. Un Poder Judicial más justo no solo se mide por la aplicación de la ley, sino también por la igualdad de oportunidades y el reconocimiento de las realidades que enfrentan sus trabajadoras. Sigamos exigiendo cambios, visibilizando el trabajo de las cuidadoras y abogando por un entorno laboral donde todas las mujeres puedan crecer y alcanzar sus legítimas aspiraciones profesionales.
Gracias por su compromiso diario. Desde Anejud, seguiremos luchando por un Poder Judicial con equidad, sin violencia y con justicia para todas.
Directorio Nacional Anejud